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Libros antiguos.
Los libros con las tapas blancas se vuelven amarillentos con el paso del tiempo. La mejor
manera de devolverles su aspecto original sin estropearlos es pasarles con mucho cuidado
un trapo suave impregnado en una mezcla hecha partes iguales de agua, lejía y
agua oxigenada.
Cacharros de cobre.
Resplandecerán como el oro si los limpias de la siguiente manera: hierve vinagre con un
poco de sal gruesa (dos cucharadas soperas de sal por un cuarto de litro de vinagre) e
impregna un trapo con esta mezcla. Frota con el la superficie y después pasa sobre ella
medio limón jugoso. Déjalo secar y, finalmente, saca brillo al cacharro con un paño de
lana.
Jarrones de cuello
estrecho.
Es muy difícil limpiarlos bien por dentro. La mejor forma de hacerlo es
echarles un
puñado de sal gorda y añadirles un poco de agua (mejor si es caliente); agítalo bien
durante un rato y después acláralo a fondo con agua limpia.
Plata picada.
Con el tiempo, a los objetos de plata les suelen salir unas manchitas negras que les afean
mucho. Intenta hacerlas desaparecer frotando con un poco de dentífrico blanco, o con
bicarbonato, y un cepillo de dientes de cerdas suaves. Aclara, seca y admira el resultado
Sartén antiadherente.
Conseguirás que no pegue todo lo que frías en ella si tuestas previamente un puñado de
sal sobre su fondo. Luego la retiras y la frotas uniformemente con un diente de ajo.
Planchado de pantalones.
¿Deseas unas rayas y pliegues perfectos? Únicamente tienes que untarlos por el revés con
un poco de jabón húmedo. A continuación plánchalos por este lado del tejido. Las rayas
permanecerán inalterables.
Calzado cómodo.
Si te aprietan los zapatos nuevos, coge un par de trapos, empápalos en agua caliente o
alcohol, escúrrelos bien y ponlos dentro. Cálzate con ellos cuando estén ligeramente
húmedos y comprobarás como se adaptan perfectamente a tus pies.
Botes de pintura.
Cuando termines de utilizarlos cierra por completo el bote y guárdalo boca abajo. De esta
forma no se endurecerá la superficie. Si cuando vuelvas a abrirla está demasiado espesa,
no le añadas agua; mejor caliéntala un momento al baño maría.
Chicles pegados a la
ropa.
Si tu hijo llega a casa con un chicle pegado a la ropa, y no sale con nada. No te
desesperes. Coge la prenda, y colocala en una bolsa de plástico, ciérrala bien y déjala
una hora en el congelador. Conseguirás quitarlo sin esfuerzo.
Pintar los marcos de
las ventanas.
Resulta imposible no manchar los cristales cuando vayas a pintar los cercos e madera de
las ventanas, pero si quieres librarte de este problema, no tienes más que untarlos antes
con vinagre. La pintura no se adherirá a ellos y, además, luego los podrás limpiar con
mucha facilidad.
Calefacción
más
potente.
Cuando hace frío, para aprovechar mejor el calor que emiten los radiadores, coloca una
hoja de papel de aluminio detrás de cada uno. En lugar de perderse, el calor que irradia
hacia la pared se reflejará hacia el interior de la habitación. Tu casa estará más
cálida y, además ahorrarás energía. |