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Suéteres
encogidos.
Recuperarán su tamaño original si los dejas, durante un día entero, en remojo en un
amplio barreño que contenga un litro y medio de suavizante por ada cuatro litros de agua.
Zapatos estropeados.
Si el agua del mar estropea tus zapatos, aplícales con un algodón una solución hecha
con dos cucharaditas de alcohol de quemar y una de leche. Frótalos bien y espera que se
sequen. Después hay que limpiarlos como de costumbre.
Muebles de bambú.
Para conseguir que adquieran un brillo especial bastará con que les pases de vez en
cuando, medio limón por toda la superficie.
Velas que no gotean.
Puedes evitar esas odiosas gotas de cera en el mantel si el día anterior dejas las
velas, durante unas horas, en remojo en agua salada.
Bañera impecable.
Se limpia muy bien con vinagre caliente. Si Tienes manchas amarillas, puedes eliminarlas
aplicando una mezcla hecha con el zumo de un limón y dos cucharaditas de sal fina.
Hogar sin insectos.
¿Quieres no volver a ver por casa esas molestas cucarachas?. Coloca estratégicamente
unas cuantas hojas de lechuga impregnadas con levadura. Si son las hormigas las que te
visitan, coloca en un papel de aluminio unas cuantas rodajas de limón rebozadas en harina
y pon al lado un recipiente con agua (el resultado es excelente si lo colocas cerca del
hormiguero).
Azulejos brillantes.
Si deseas conseguir desinfección y brillo en las paredes del cuarto de baño y de la
cocina, prepara a partes iguales, una mezcla de agua, amoniaco y alcohol de quemar; ponla
en una botella con pulverizador, agítala bien y dispara directamente sobre los azulejos.
Sécalos inmediatamente con un trapo limpio.
Papa para limpiar la plata.
No tires el agua donde se han cocido las papas, pues tiene diversos usos. Cuélala y
aprovéchala. Por ejemplo, pura, te servirá para limpiar los cubiertos y objetos de plata
-también los de acero inoxidable- y para lavar las prendas de lana; con vinagre, la
convertirás en un estupendo limpiaparabrisas para llevar en el coche.
Sin rayar el suelo.
Te resultará mucho más fácil trasladar los muebles y, además, evitarás
rayar el
suelo de tu casa, si utilizas no de estos trucos: si el mueble a transportar es muy grande
y pesado enfunda sus patas en unos calcetines gruesos de lana. Si se trata de un mueble
más ligero o si el suelo es de baldosas, no de parqué, puedes utilizar rodajas de
patata. Se deslizará muy bien.
Evitar los olores en el frigorífico.
Existen varias formas de solucionar este problema: coloca en el interior un
recipiente con un poco de leche y una rodaja de limón; mantén abierta una botella de
agua mineral sin gas; o bien, introduce en él unos trocitos de carbón vegetal del que se
utiliza en los asados. También resulta muy eficaz guardar en la nevera un bol con un
puñadito de bicarbonato. Los olores no se mezclarán.
Cortinas de baño.
Con la humedad, es inevitable que le salgan manchas de moho, sobre todo en la parte baja.
Para quitarlas pásales una esponja humedecida en lejía diluida. Si tiene muchas, lo
mejor es ponerlas a remojo en agua con una buena cantidad de lejía y un poco de
detergente. Acláralas bien y cuélgalas en el baño, todavía mojadas, sin escurrir.
Cinturón a medida.
Si te queda grande y deseas añadirle un nuevo agujero, y no tienes tiempo de acercarte al
zapatero, sólo tienes que calentar al rojo vivo una aguja fina de tejer punto y pinchar
con ella el cinturón en el punto que previamente hayas señalado.
Paellera sin óxido.
Después de haber hecho en ella una exquisita paella, retira todos los restos y límpiala
bien con vinagre. A continuación, frota con medio limón y, por último tras darla un
buen aclarado y secarla con un paño suave, le pasas un algodón mojado en aceite limpio.
De esta forma estará preparada para guardar.
Limpia cristales.
Los cristales quedarán mejor si , antes de aplicar el limpia cristales, los frotas con una
mezcla de agua y amoniaco para eliminar bien la grasa. A continuación puedes usar el
producto que utilices habitualmente, pero, en lugar de frotarlos con un paño, límpialos
con papel de periódico.
Zapatos de charol.
Para recuperar el brillo y el lustre debes frotarlos con un algodón empapado en leche y
pasarles luego un paño seco. Igualmente puedes limpiar los bolsos de este material. |