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ESTIMULACIÓN DEL BEBE: 2* PARTE niños

Siete meses.
Manipula los juguetes, los pasa de una mano a la otra y luego los arroja al piso. Disfruta haciéndote levantar sus muñecos una y otra vez. Sigue su juego hasta que te canses, entonces explícale que ya no volverás a levantar el juguete; lo más probable es que se entretenga con otro juego. Lo importante: es tiempo de poner pequeños límites y reconozca la voz seria de los padres. Puedes permitirle tomar pequeñas porciones de su comida con las manos. Cuando se mire al espejo colócate tú también, verás que se da vuelta para mirarte y luego volverá al espejo, y lo repetirá varias veces mientras sonríe cómplice del juego.
Tu hijo puede: Mantenerse sentado sin apoyo. Sostenerse y balancearse en cuatro patas. Intentar dar sus primeros pasos si lo sostienes de los brazos. Boca abajo puede caminar con sus manos si lo sostienes de los pies (carretilla). Sostener un trozo de pan o una galleta y llevársela a la boca.

Ocho meses.
Comienza la angustia del octavo mes: sin motivos en medio de la noche o el día, durante la visita al pediatra, mientras juega con su abuela o esta comiendo, tu hijo romperá en llanto desconsolado. El principal motivo de esta angustia es el temor a su independencia y la separación de la madre. Lo invade una sensación de abandono, de desprotección y llora. No es un retroceso, al contrario es un paso muy importante en su desarrollo psicomotriz. Cuando llegue tienes que estar prevenida: acude a él y tómalo en tus brazos hasta que se calme. Verás que en unas semanas logrará superar su crisis de crecimiento.
Tu hijo puede: Sentarse solo e incorporarse si se tumba hacia uno de los lados. Jugar a que se esconde detrás de una manta. Pararse solo, y mantenerse si se sostiene de las piernas de un mayor o algún mueble. Enojarse si le sacas su muñeco preferido. Entender la palabra no, pero desobecerla.

Nueve meses.
El dedo explorador: en esta etapa de investigación meterá uno o varios dedos en cuanto orificio tenga a su alcance; pon atención y toma todas las precauciones necesarias. Como aprendió a ponerse solo de pie, intenta quedarse parado el mayor tiempo posible, cuando cae llora, pero no de dolor sino de frustración. Enseguida se parará y volverá a intentarlo.
Tu hijo puede: Mostrar preferencia por la mano derecha o la izquierda. Decir chau con la mano abierta. Meter los dedos en el disco de un teléfono de juguete. Imitarte a sacar la lengua o fruncir el ceño. Levantar un juguete que se le cae de las manos. Quedarse parado unos instantes.

Diez meses.
Como ya se desplaza solo, hay que poner atención y protección en todos los lugares necesarios: la cocina, las escaleras, los enchufes, la comida del perro, las estufas, los bordes filosos, las puertas, los vidrios, etc. Mientras lo bañas permítele jugar con muñecos, pero nunca lo dejes solo. Dale a probar frutas en trozos pequeños para que las manipule, juegue y coma solo. También es bueno mostrarle y nombrarle cada cosa que se le da. Enséñale el juego del toma y dame, mientras le das una cosa y se la quitas, con tiempo reaccionará y cuando digas toma intentará sacártela de las manos y cuando digas dame te la devolverá.
Tu hijo puede: Adaptarse a comer con otras personas. Caminar mientras se lo sostiene de las manos o por debajo de las axilas. Aplaudir. Disfrutar y sonreír cuando reconoce melodías o canciones que le gustan. Intentar bailar dando movimientos bruscos o laterales.

Once-Doce meses.
Cuando lo veas dar sus primeros pasos no podrás creer que haya pasado tanto tiempo desde que nació. Pero a no bajar los brazos, continúa estimulando a tu hijo en su desarrollo! Ponle un poco de agua o jugo en un vaso para que pruebe tomarla solo, cuando lo consigue aumenta la cantidad de agua. Déjalo tomar su cuchara con comida y que intente llevársela solo a la boca: no pienses en lo que ensucia sino en lo que disfruta. Intenta arrojarle una pelota y enseñarle a que te la devuelva.
Tu hijo puede: Caminar solo o apoyándose de los muebles. Decir chau con la mano para despedirse. Llamar mamá y papá a sus padres. Mover su cuerpo cuando escucha música. Demostrar interés en los juguetes de encastre.

Trece-catorce meses.
El niño se ha vuelto más sociable: le encanta jugar con sus hermanos, si los tiene, o con amiguitos. Quiere y exige una atención constante, y se enoja cuando no lo consigue. Su personalidad comienza a manifestarse.
Tu hijo puede: Recoger cosas del suelo. Agacharse. Imitar a los mayores. Aprender el significado de algunas palabras. Señalar con el dedo índice algo que quiere.

Quince-Dieciséis meses.
En esta etapa el niño se vuelve algo solitario: le gusta jugar con sus juguetes solo: los tira, les grita, los abraza. Es un poco agresivo, tira cosas, grita cuando no logra lo que quiere. Le gusta mirar libros con dibujos, también que le lean cuentos.
Tu hijo puede: Subir escaleras arrodillado. Caminar bien. Aceptar las canciones infantiles. Sentirse atraído por algún dibujo animado. Abrir puertas.

Diecisiete-Dieciocho meses.
Comienza a compartir sus juguetes. Si otro niño le pide el suyo, se lo da, pero sólo por unos instantes: enseguida exige la devolución. Cuando lo retas, se da cuenta y llora, y si lo felicitas, te sonríe y a veces aplaude. Sabe cuando el padre o la madre se van a trabajar: nota la ausencia de las personas que quiere.
Tu hijo puede: Tomar de la taza. Usar "sus" palabras para pedir cosas, además de señalarlas. Juega a la pelota. Abrir cierres


Todo el contenido de estas páginas es sólo orientativo por lo que no se pretende reemplazar la consulta al pediatra. La autora no se responsabiliza por efectos contraproducentes que pudieran ocasionarse por la mala aplicación o interpretación de la información aquí suministrada. Recuerde que ante cualquier consulta o duda debe acudir a su médico.