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FUNDACIÓN COMPROMISO Y LA NACIÓN

Seminario Los Medio de Comunicación y el Sector Social

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El medio ambiente y el desarrollo sustentable

Por:   Claudio Bertonatti
Fundación Vida Silvestre Argentina
Defensa 245 (1065) Buenos Aires, Argentina.
Tel/fax: (5411) 4343-3778/4086 ó 4331-3631/4864
E-mail: conserv@vidasilvestre.org.ar


La Fundación Vida Silvestre Argentina (FVSA) tiene como misión conservar la diversidad biológica y promover un futuro en el que el ser humano viva en armonía con la naturaleza. A pesar de ello, aún hay gente que la observa como a una suerte de sociedad zoológica, esencialmente interesada por la suerte de las especies amenazadas. Pero esto no es exacto. En sus 20 años de existencia, también se ha preocupado por la calidad de vida de la gente. Es lógico, trabajamos “en defensa propia”.
De ahí, su preocupación actual por la interacción entre la pobreza y el deterioro ambiental. Esta actúa como brazos que empujan por un empinado tobogán de desesperanza a la seguridad física, el bienestar económico y la salud de las personas más necesitadas. Resulta evidente que la destrucción de la naturaleza causa mayor pobreza, porque con menores recursos naturales existen menores oportunidades de subsistencia. Tengamos presente que en nuestro continente existen unos 200 millones de pobres, casi el 50% de la población de América Latina (Hajek 1995). Esa gente suele ser la más afectada por el deterioro ambiental y los más pobres entre los pobres, los más damnificados. Esta situación se sostiene por dos razones: disponen de menores reservas económicas para amortiguar ese impacto y tienen poca fuerza política o capacidad de gestión ante las autoridades. Dicho de otro modo, los más carenciados tienen menores oportunidades de mejorar su calidad de vida (UNICEF & PNUMA, 1990). En este sentido, la única forma de sacar de la pobreza a esa gente es a través del desarrollo, pero no de cualquier desarrollo, y menos del cortoplacista que estamos acostumbrados a ver o practicar. Nunca falta quien piensa: “bebamos, comamos, mañana moriremos” (bibamus, edamus, cras moriemur). Pero, en contraposición con esa “filosofía” de vida, se propone el desarrollo sustentable.
Igualdad de posibilidades.
Inaugurando este seminario, el Padre Rafael Braun, dijo que “en una economía de mercado no hay igualdad de oportunidades”. Es cierto. Si bien vivimos en tiempos de crecimiento económico y tecnológico, ese crecimiento no se presenta para todas las personas. Por lo tanto, no podemos hablar de un desarrollo integral a escala humanamente sustentable. Pero toda sociedad que aspire a desarrollarse debe derribar las barreras de exclusión que marginan a la gente, que obstaculizan o impiden que un habitante de la puna o del impenetrable chaqueño tenga las mismas posibilidades de desarrollo (y no necesariamente el mismo desarrollo) que otro de la estepa patagónica o de la ciudad de Buenos Aires. Esto parece poco probable de cambiar, pero, al menos, debemos intentar que esas posibilidades no sean tan desiguales. Es verdad que la mayoría de nosotros puede actuar limitadamente al respecto, pero también es cierto que la suma de nuestros pequeños esfuerzos puede lograr grandes resultados. Así, lo han demostrado las organizaciones que han hecho sus ponencias en estos dos días. Por lo tanto, esto no es una utopía.
Qué es sustentable?
De un modo simple, significa que la humanidad no debe tomar de la naturaleza más de lo que esta sea capaz de reponer. Ello implica, a su vez, adoptar estilos de vida y pautas de desarrollo que respeten los límites de la naturaleza y funcionen dentro de ellos. En complemento de lo anterior, la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CMMA) definió el “desarrollo sostenible” como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las propias (UICN et al 1991). La palabra “sustentable” o “sostenible” en forma aislada carece de sentido si no se la relaciona con un esfuerzo determinado o con el uso de un recurso específico (Reiche & Carls 1996). Por ello, la FVSA lleva adelante varios proyectos de uso sustentable. Por ejemplo, su sistema de Refugios de Vida Silvestre cuenta con una estación de “rancheo” de yacarés en “El Cachapé” (Chaco), prácticas de eco-turismo en “Los Morrillos” (San Juan) y “Cañadón del Duraznillo” (Santa Cruz) y un proyecto de esquila de guanaco en el último refugio mencionado. Actualmente, también apoya financieramente proyectos de uso sustentable de paca (un roedor), palmito y carpincho. Estas experiencias apuntan a demostrar que es posible conservar las áreas silvestres produciendo y producir conservando. Con este tipo de emprendimientos, la FVSA ratifica su posición conservacionista, que la distingue de una proteccionista, defensora de los derechos de cada animal y, por lo ende, generalmente contraria al uso de la fauna silvestre. El uso de los recursos naturales no puede basarse sólo en el eco-turismo o en las especies domésticas. Por lo tanto, nosotros aceptamos la caza, la captura viva, la pesca, la deforestación u otro tipo de actividades, siempre y cuando sean sustentables. Si no se dan alternativas para aprovechar a la fauna o la flora silvestres, las opciones estarán dentro de las producciones “tradicionales”, es decir: la agricultura o la ganadería. Y quien ha recorrido el país no tendrá dudas de que el impacto de cualquiera de ellas es mucho mayor al de un área natural sujeta a caza, captura o tala no depredatorias. Basta contemplar un cultivo de algodón, trigo, maíz o arroz para darnos cuenta que allí la biodiversidad no tiene cabida. Por eso, la “puesta en valor” de la naturaleza permite que sea asumida como un gran capital que nos puede brindar intereses. Pero eso tiene un costo y no todos lo aceptan. Es fácil y agradable pregonar que todas las aves deben estar libres y que todos los árboles deben morir de pie, pero eso no resuelve los conflictos sociales, ambientales y económicos. Creo que con lo mencionado hasta ahora, queda claro que los “ecologistas” no nos limitamos a mirar nuestros puntos focales de interés (como las especies o ecosistemas amenazados), y esto contrasta con la actitud y manera de pensar de presuntos “desarrollistas” que no miran más allá de las situaciones contables. Los problemas de un proceso de desarrollo necesitan propuestas concretas y la intransigencia -de cualquiera de los sectores- suele ser improductiva o perjudicial. Esta no es una lucha entre buenos y malos o una disputa para ganar o perder. El desafío está en equilibrar intereses y fuerzas, hallando puntos de entendimiento y beneficios mutuos.
Entre lo que se desea y lo que se puede..
Sin perder de vista lo anterior, la realidad de la globalización indica que los márgenes para que la Argentina pueda elegir su propio modelo de desarrollo –sustentable o no- están muy acotados por la influencia de los países con mayor poder (Ferrer 1998). Esta es una de las razones que explica la importación o adopción de modelos productivos o industriales en inminente desuso, ineficientes o más contaminantes que los usados por esos países. Por eso, creo que a muchos nos cuesta imaginar una Argentina desarrollada sustentablemente en el corto o mediano plazo. Tampoco nos esperanza la organización interna de las instituciones oficiales. Si tomamos el ejemplo de las reparticiones ambientales, notaremos que el Primer Sector (el Estado) está subdividido en compartimentos estancos, por ejemplo, con una Dirección de Suelos, otra de Bosques, otra de Fauna, otra de Pesca, etc.. Por consiguiente, los recursos naturales de una misma jurisdicción o Provincia se administran independientemente unos de otros, sin tener una visión y manejo integradores. Menos pensable aún es la puesta en común entre Provincias que comparten una misma región ecológica. De esta forma, cada Provincia, cada Dirección y cada funcionario opera a su parecer. Una forma de evitar esto es mediante la elaboración de un plan de ordenamiento territorial o ambiental del país. Mientras esto no suceda, es lógico suponer que esta visión parcelada impedirá alcanzar un desarrollo sustentable y que al Tercer Sector (las ONGs) le será más difícil complementar la labor del Estado.

¿Enemigos o aliados?
¿Cómo ver al Segundo Sector? ¿Como amenaza, problema o desafío? Si miramos a las empresas que contaminan o impactan contra el medio ambiente como enemigas, podríamos declararles la guerra, asumiendo que son prescindibles. Pero si aceptamos
que el desarrollo necesita de ellas y que prácticamente no hay actividad humana que no impacte sobre la naturaleza, deberíamos sincerarnos, exponer con franqueza nuestras preocupaciones comunes y aclarar nuestras diferencias. En otras palabras, sentar las bases de un diálogo que debe arribar a resultados concretos, aceptables ambiental y comercialmente. Desde luego, no todas las empresas desean hacer las cosas sustentablemente (tampoco todos los conservacionistas somos maravillosos), pero no hacerlo también tiene un costo y no es bajo
¿Por qué necesitamos conservar la naturaleza para desarrollarnos?
No estaría de más plantearnos esta pregunta, aunque necesitaríamos el espacio de otro seminario para desarrollar una buena respuesta. En un intento de síntesis diría que es difícil imaginar un mañana con bosques arrasados, lagos podridos, tierras desertificadas, aire contaminado y especies extinguidas. Ese sería un mundo penoso. Nosotros necesitamos tanto los beneficios materiales de esos recursos como los espirituales que nos da, por ejemplo, la belleza de un paisaje. Los animales y plantas silvestres también dan forma a nuestra identidad nacional, porque cada país -al igual que cada provincia- se distingue, reconoce o identifica por su fauna, flora y ecosistemas. Si observamos el escudo de San Luis veremos dos venados de las pampas y, en el de Misiones, las cataratas del Iguazú. No podemos perder nuestros símbolos. Tampoco podemos ignorar que muchos bienes y servicios provienen de nuestros desiertos, pastizales, selvas, bosques y ambientes acuáticos. Y cada especie silvestre cumple una función en el mundo, como piezas vivientes de una compleja maquinaria. Por consiguiente, toda sociedad necesita agua potable, tierras fértiles, bosques sanos, especies vivientes y aire puro si desea desarrollarse. De otro modo, la vida se convertiría en supervivencia.
Sueños, razones y pasiones.
En este seminario, Alberto Morlachetti dijo que somos pedacitos rotos de un sueño. Pero, en todo caso, de un sueño grande. Creo que la mayoría de quienes nos hemos acercado a este encuentro tenemos anhelos de construir una sociedad mejor, un país con más oportunidades, un futuro promisorio y alentador en todos los campos. Alguna vez, Gramsci habló del pesimismo de la razón y del optimismo de la voluntad. La FVSA, por su tipo de trabajo y de preocupaciones, mantiene contacto directo con científicos y ámbitos académicos que fortalecen lo que Pascal llamaría “las razones” de la razón ambiental, los fundamentos y el conocimiento técnicos. Pero en complemento de ellos, apelamos también a otras razones, “las del corazón”, que curiosamente integrantes de los ámbitos anteriores no siempre cultivan. En este sentido, asumo que existe una misión en el corazón de cada uno de nosotros, independientemente de nuestras razones. Y en apoyo a esta reflexión, quiero rescatar algo que también dijo el Padre Braun: una buena sociedad necesita de buenas personas. Es difícil pensar en una buena sociedad conformada por otro tipo de gente. Y siguiendo con este razonamiento, es difícil creer que podamos alcanzar un modelo de desarrollo sustentable con hábitos de consumo que no lo son. Muchas de nuestras actitudes cotidianas, más bien parecen lo que el antropólogo africano Harris Memel-Fote catalogó de cosmofágicas o devoradoras del mundo. Por eso, debemos retomar nuestros ideales, nuestros grandes sueños comunes. Pero para que esos sueños sean realidad, necesitamos ser coherentes, obrar en consecuencia. Poco podemos esperar de la suerte o el azar. Más vale, depositar las expectativas en nuestra voluntad, trabajo, perseverancia y fortaleza moral para sostener esos ideales, aun en contra de nuestras conveniencias eventuales
como pasajeras. De lo contrario, seguiremos siendo esos pedacitos rotos de un sueño, melancólicos o reaccionarios, pasivos o activos, pero todos candidatos al olvido..
Nos encontramos próximos a un nuevo momento de elecciones políticas y ante el fin del segundo milenio de la Era Cristiana. Con problemas tan concretos como los actuales -que afectan al ser humano y al medio ambiente- no nos hace falta tener presentes las amenazas del Apocalipsis de San Juan para albergar cierta preocupación por nuestro futuro (Eco & Martini 1997). Cuando hablamos del desarrollo de la sociedad (en definitiva, de nuestro destino) es inevitable no toparse con angustias, ansiedad y alguna perplejidad. Pero no debemos resignarnos ante un presente difícil. Tenemos una reserva importante de esperanzas y en ellas debemos hallar la voluntad para llevar adelante nuestros “grandes sueños”. Recientemente, José Saramago hizo un llamado a una "insurrección ética” para luchar contra los sistemas económicos excluyentes. Tal vez, debamos pensar en cómo instrumentarla
para hallar el desarrollo anhelado.
Por último, quisiera destacar que la superficie de la Tierra es más frágil de lo que suponemos. Es como la delicada piel de un ser vivo que requiere respeto, cuidado y caricias. Sin estas consideraciones no es posible un desarrollo económicamente viable, socialmente aceptable y ambientalmente sustentable. Tal vez este sea un buen mensaje para transmitir a los que vengan después.
Ustedes, los participantes de este seminario, periodistas y medios, tienen un papel estratégico en el desarrollo del que hablamos. Realmente, hacen grandes aportes, marcan una diferencia positiva y nos ayudan mucho cuando ponderan la información estructural por sobre los casos puntuales, cuando permiten que una buena noticia ambiental sea noticia, cuando defienden la publicación de un artículo “de fondo” por sobre una primicia trivial. Presumo, ahora, que después de esta reunión, ustedes tienen un poco más de trabajo. Pero también cuentan con nosotros. Muchas gracias.
Referencias-
Eco, U. & C.M. Martini. 1997. ¿En qué creen los que no creen? Ed.Planeta.
Ferrer, A.. 1998. Hechos y ficciones de la globalización: Argentina y el Mercosur en el sistema internacional: 13. Fondo de Cultura Económica.
Hajek, E.R. (comp.). 1995. Pobreza y medio ambiente en América Latina. CIEDLA.
Reiche, C. & J. Carls. 1996. Modelos para el Desarrollo Sostenible: las ventanas de sostenibilidad como alternativa. Serie Documentos de Discusión sobre Agricultura Sostenible y Recursos Naturales N° 2, IICA, BMZ, GTZ, Costa Rica.
UICN, PNUMA & WWF. 1991. Cuidar la Tierra: Una Estrategia para el Futuro de la Vida, Gland, Suiza
UNICEF & PNUMA. 1990. Estado del medio ambiente - 1990. Lainfancia y el medio ambiente: 73pp., USA, Suiza y Kenya.

RESUMEN: El medio ambiente y el desarrollo sustentable
1) La misión de la FVSA.
2) No somos una sociedad zoológica.
3) En 20 años nos preocupamos por la gente. Trabajamos “en defensa propia”.
4) La interacción entre la pobreza y el deterioro ambiental = tobogán de desesperanza a la seguridad, el bienestar económico y la salud.
5) La destrucción de la naturaleza causa mayor pobreza (menores recursos = menores oportunidades
En América existen unos 200 millones de pobres, el 50% de la población de América Latina (Hajek 1995)
Esa gente =  más afectada por 2 razones: tienen menos reservas para amortiguar y poca fuerza política.
Los más carenciados tienen menores oportunidades (UNICEF & PNUMA, 1990).
6) La única forma de sacar de la pobreza a esa gente es a través del desarrollo, pero no de cualquiera.
- “bebamos, comamos, mañana moriremos” (bibamus, edamus, cras moriemur).
7) En contraposición: el desarrollo sustentable. ¿En qué se basa?. la humanidad no debe tomar de la naturaleza más de lo que esta sea capaz de reponer. Ello implica, a su vez, adoptar estilos de vida y pautas de desarrollo que respeten los límites de la naturaleza y funcionen dentro de ellos. En complemento de lo anterior, la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CMMA) definió el
“desarrollo sostenible” como aquel que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer las propias (UICN
et al 1991).
8) La FVSA lleva adelante varios proyectos de uso sustentable, pero: a través de sus Refugios:
9) Estación de “rancheo” de yacarés en “El Cahcapé” (Chaco)
10) Eco-turismo en “Los Morrillos” (San Juan) y “Cañadón del Duraznillo” (Santa Cruz).
11) Proyecto de esquila de guanaco en“Cañadón del Duraznillo” (Santa Cruz).
- Estas experiencias apuntan a demostrar que es posible conservar las áreas silvestres produciendo y producir conservando.
12) Actualmente, también apoya financieramente proyectos de uso sustentable en  Misiones:-  paca (un roedor).- palmito
- carpincho.
13) Con esto, FVSA = conservacionista (vs. proteccionista)
- Alternativas para aprovechar la fauna -flora vs opciones “tradicionales”
- Un cultivo de algodón, trigo, maíz o arroz = no biodiversidad
- “Poner en valor” de la naturaleza permite que sea asumida como un gran capital.
-  Esos problemas necesitan propuestas concretas y la intransigencia puede ser improductiva.
14) Esta no es una lucha entre buenos y malos o una disputa para ganar o perder.
- El desafío está en equilibrar intereses y fuerzas, entenderse y lograr beneficios mutuos.
15) El Padre Rafael Braun, dijo que “en una economía de mercado no hay igualdad de oportunidades”.
No podemos hablar de un desarrollo integral a escala humanamente sustentable.
- Pero toda sociedad que aspire a desarrollarse debe derribar las barreras de exclusión que marginan a la gente, que obstaculizan o impiden que un habitante de la puna o del impenetrable chaqueño tenga las mismas posibilidades de desarrollo (y no necesariamente el mismo desarrollo) que otro de la estepa patagónica o de la ciudad de Buenos Aires. Esto parece poco probable de cambiar, pero, al menos, que no sean tan desiguales.
- La mayoría de nosotros puede actuar limitadamente al respecto, pero también es cierto que la suma de nuestros pequeños esfuerzos puede lograr grandes resultados. Ej.: ONGs participantes.
16) Los “ecologistas” no nos limitamos a nuestros puntos focales de interés = contrasta con “desarrollistas”.
17) La realidad de la globalización indica que los márgenes para que la Argentina pueda elegir su propio modelo de desarrollo –sustentable o no- están muy acotados por la influencia de los países con mayor poder (Ferrer 1998). Por eso = la importación o adopción de modelos indeseables.
18) El Primer Sector (el Estado) está subdividido en compartimentos estancos. Los recursos de una misma jurisdicción se administran independientemente.
- Elaborar un plan de ordenamiento territorial/ambiental del país.
19) ¿Cómo ver al Segundo Sector? ¿Como amenaza, problema o desafío?
- Podemos verlos como enemigos.
- Pero si aceptamos que el desarrollo necesita de ellas y que prácticamente no hay actividad humana que no impacte, deberíamos sincerarnos, poner de relieve con franqueza nuestras preocupaciones comunes y aclarar nuestras diferencias. Sentar base para dialogar, arribar a resultados, con procedimientos ambientales y comerciales aceptables.
20) ¿Por qué necesitamos conservar la naturaleza? Es difícil imaginar un mañana con bosques arrasados, lagos podridos, tierras desertificadas, aire contaminado y especies extinguidas. Ese sería un mundo triste.
21) Nosotros necesitamos tanto los beneficios materiales de esos recursos como la belleza del paisaje.
22) Los animales y plantas silvestres también dan forma a nuestra identidad nacional, porque cada país -al igual que cada provincia- se distingue de otros por su fauna, flora y ecosistemas. En el escudo de San Luis, por ejemplo, figuran dos venados de las pampas y, en el de Misiones, las cataratas del Iguazú.
23) No podemos perder nuestros símbolos.
24) Medicinas.
25) Cumplen una función en el mundo, como piezas vivientes de una compleja maquinaria.
- La sociedad necesita agua potable, tierras fértiles, bosques sanos y aire puro si desea desarrollarse.
26) Alberto Morlachetti dijo que somos pedacitos rotos de un sueño. Pero, en todo caso, de un sueño grande. Creo que la mayoría tenemos anhelos de construir una sociedad mejor.
27) Gramsci habló del pesimismo de la razón y del optimismo de la voluntad.
- La FVSA, por su tipo de trabajo y de preocupaciones, mantiene contacto directo con científicos y ámbitos académicos, que fortalecen lo que Pascal llamaría “las razones” de la razón ambiental, los fundamentos y el conocimiento técnico.
- En complemento, apelamos también a otras razones, las del corazón, que integrantes de esos ámbitos descuidan.
- Existe una misión en el corazón de cada uno de nosotros, independientemente de sus razones.
28) El Padre Braun dijo que una buena sociedad necesita de buenas personas.
- Es difícil pensar en una buena sociedad conformada de otro tipo de gente.
- Es difícil creer que podamos alcanzar un modelo de desarrollo sustentable con hábitos de consumo que no lo son.
- Muchas de nuestras actitudes cotidianas, más bien parecen lo que el antropólogo africano Harris Memel-Fote catalogó de cosmofágicas.
29) Demos retomar nuestros ideales, nuestros grandes sueños comunes. Pero para que esos sueños sean realidad, necesitamos ser coherentes, obrar en consecuencia.
30) Nos encontramos próximos a un nuevo momento de elecciones políticas y ante el fin del segundo milenio de la Era Cristiana. Con problemas tan concretos como los del ser humano y el medio ambiente no nos hace falta tener presente el Apocalipsis.
31) No debemos resignarnos ante un presente difícil. Tenemos esperanzas y en ellas, voluntad para nuestros “grandes sueños”.
- José Saramago hizo un llamado a una "insurrección ética” para luchar contra los sistemas económicos excluyentes. Pensar en cómo instrumentarla.
32) La superficie de la Tierra es más frágil de lo que suponemos, como la delicada piel de un ser vivo. Sin estas consideraciones no es posible un desarrollo económicamente viable, socialmente aceptable y ambientalmente sustentable. Este es un buen mensaje. 
33) Ustedes, los participantes de este seminario, periodistas y medios, tienen un papel estratégico en el desarrollo sustentable.
-  Grandes aportes, marcan una diferencia y nos ayudan mucho cuando:
a) ponderan la información estructural por sobre los casos punturales.
b) permiten que una buena noticia ambiental sea noticia.
c) defienden la publicación de una nota “de fondo” por
sobre una primicia trivial.
- Presumo, de todos modos, que ahora, después de esta reunión, ustedes tienen más trabajo.