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Desafíos del Comercio de Fauna Silvestre
Por: Claudio Bertonatti
Fundación Vida Silvestre Argentina
Defensa 245 (1065) Buenos Aires, Argentina.
Ttel/fax: (5411) 4343-3778/4086 ó 4331-3631/4864
E-mail: conserv@vidasilvestre.org.ar

     


Seguramente costará un poco acordar qué entendemos por un desafío en el 
contexto del comercio de fauna. También podríamos debatir largamente sobre para quién son esos desafíos y para qué.
Vayamos por partes, “desafío” -según el diccionario- es una “acción y efecto de desafiar” (Enciclopedia Microsoft Encarta 98. 1998. Diccionario Actual de la Lengua Española. Bibliograf SA, Barcelona). Pero, ¿qué es “desafiar”?  Según la misma 
fuente es “retar, provocar, contender, competir [con uno] en cosas que requieren fuerza o destreza”. Y de mucho de esto se trata el comercio, que no deja de ser una
puja entre quienes buscan el lucro personal y quienes pretenden que los beneficios
sean solidarios (entre los seres humanos entre sí y entre ellos y la naturaleza). Por eso es atinado señalar que se “requieren fuerza o destreza”. Eso y mucho más se
necesita para obtener ventajas de las usuales “crisis” que genera o de las que
participa este comercio. Justamente, una de las acepciones de “crisis”
es “momento decisivo y grave de un negocio” o bien una “situación difícil y comprometida”. Efectivamente, solemos estar ante “negocios graves y de consecuencias importantes”, como lo son los actos de comercio que tienen por protagonistas a especies o ecosistemas amenazados de extinción.

El segundo aspecto en el cual quisiera detenerme es “filosófico” o“político”. Debemos considerar la existencia de dos corrientes de pensamiento y acción
dentro del campo del medio ambiente: el proteccionismo y el conservacionismo. El
primero suele defender una posición radicalmente contraria al comercio de fauna (legal e ilegal), dado que propicia la defensa de los derechos de los animales y, esta
actividad, suele afectar esos derechos. La segunda corriente (en la cual me enrolo)
combate el comercio ilegal, pero acepta el comercio legal cuando es sustentable, justamente porque entiende que se trata de un “desafío” en tiempos de “crisis”.
En qué consisten esos desafíos?  Propongo aceptar estos 10:

. Este es un problema mundial. Recordemos que a comienzos de 1997, INTERPOL dio
a conocer que este tráfico alcanzó el segundo lugar en el mercado negro mundial, luego del narcotráfico y por encima del de armas, con ventas que producen más de 20.000 millones de dólares al año. Por ello, se necesita INTEGRAR ESFUERZOS entre
provincias de un mismo país y entre países.
. No se llevan estadísticas de todos los rubros comercializados y se desconoce el
volumen real de animales y plantas comercializados. Los cupos de caza y captura se
fijan arbitrariamente, de forma más política que técnica (no se basan en los
resultados de investigaciones científicas).
Se necesita VOLUNTAD POLÍTICA PARA RESPALDAR LAS DECISIONES DE LOS 
TÉCNICOS, ponderándolas por sobre los intereses o conveniencias que no sean los del bienestar general.
. Las especies traficadas están en distintos estados de conservación. Las hay amenazadas, fuera de peligro, perjudiciales o plagas y también en situación incierta. Se deberían APLICAR DISTINTAS NORMAS ADMINISTRATIVAS, LEGISLATIVAS Y DE MANEJO acordes con cada situación. La legislación actual tiende a prohibir a todas
por igual. Habría que tender a prohibir a las amenazadas y promover el uso sustentablemente de las que están fuera de peligro.
. Existen muchas personas que viven en la pobreza y la marginación. Ellas también son víctimas del comercio ilegal. El Estado debe DAR OPORTUNIDADES DE 
DESARROLLO a todos por igual. Mientras esto no ocurra, quien caza furtivamente o
trafica por necesidad no tendrá otra opción.
. El comercio ilegal existe y debemos DAR ALTERNATIVAS para mejorarlo y para que
sus protagonistas sean trabajadores (y no desocupados) dentro de un marco
sustentable. La negación de la actividad no resuelve sus conflictos. Hay situaciones ilógicas que superar: se permite cazar especies como las Iguanas (Tupinambis spp.
pero se prohibe su venta como mascotas.
.Las partes involucradas tienen distintos intereses y debemos tener apertura para
SUPERAR DIFERENCIAS y hallar puntos de acuerdo. Toda negociación implica la 
defensa de determinados puntos y la cesión de otros para llegar a un acuerdo
beneficioso para ambas partes. La experiencia me ha indicado que en algunos casos
el diálogo es más útil que la confrontación. Esto ocurrió, por ejemplo, con la
insospechada y fructífera relación que entabló la FVSA con los comerciantes de las
ferias de pájaros de Pompeya y Villa Domínico, desde 1994 a la fecha.
. Se decomisan grandes cantidades de animales cuyo destino posterior es azaroso
Es clave analizar qué es lo mejor no sólo para ellos sino, en especial, para los
ecosistemas naturales. HAY QUE IMPEDIR TODA LIBERACIÓN HECHA SIN RECAUDOS
sanitarios, biológicos o legales.
. Se promociona la instalación de criaderos como una solución “mágica” para los
problemas legales y de conservación. Fuera de las áreas protegidas, los criaderos
son una de las opciones, pero no son útiles en todos los casos. HAY QUE VER A LAS
ÁREAS NATURALES COMO PRODUCTIVAS. De lo contrario, si las vemos
“improductivas” u “ociosas” darán paso a campos no naturales, donde la vida silvestre casi no tiene cabida. Esto implica aceptar, promover y defender el uso de
algunos recursos en esas áreas, particularmente, cuando están bajo dominio
privado. Es la única forma de que sus propietarios los consideren “rentables”.
. Se presentan denuncias, pero pocos casos son resueltos. Los jueces deberían
comprometerse más, dictar sentencias y  PENALIDADES DESALENTADORAS PARA 
LOS TRANSGRESORES, cuando se los encuentre culpables.
. La opinión pública participa de este comercio (legal e ilegalmente). Es necesario
INFORMAR Y EDUCAR. En este sentido, es aleccionador que las “1as. Jornadas sobre
tráfico ilegal de fauna Silvestre y sus implicancias en el Mercosur” las haya
organizado el Departamento Educativo de un Zoológico como el de la ciudad de
Buenos Aires. Este no es un detalle menor, dado que estas áreas no suelen estar
jerarquizadas dentro de las instituciones dedicadas a la conservación, a pesar de 
ser y enunciarse como estratégicas.
No debemos olvidar que el comercio ilegal ...
* Viola leyes.
* Evade impuestos.
* Genera competencia desleal y perjudica a los comerciantes honestos.
* Desprestigia a las autoridades competentes y el país.
* Sobreexplota a las especies permitidas.
* Vulnera más las poblaciones de las especies amenazadas.
* Diluye las posibilidades de aprovechar bien a la naturaleza en el presente y en el
futuro.
En 1973, para poner freno al comercio ilegal e integrar los esfuerzos mencionados anteriormente, se firmó la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de la Fauna y Flora Silvestres (CITES), ratificada por unos 150 países, incluyendo la Argentina (por Ley 22.344). La función principal de CITES es regular o prohibir el comercio internacional de fauna y flora, a través de tres Apéndices:
el I (comercio internacinal prohibido), el II (comercio internacional regulado) y el III (comercio regional regulado). CITES tiene
autoridades nacionales y la Dirección de Fauna y Flora Silvestres de la Nación lo es
por la Argentina. El Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) -del cual la Fundación 
Vida Silvestre Argentina (FVSA) es su representante nacional- posee una red de oficinas -TRAFFIC- que monitorea y custodia el cumplimiento de CITES, además de otras leyes.
Prohibir o habilitar?
Durante décadas y hasta los ‘90, estas parecían las dos grandes opciones de tenían los países “productores” o exportadores de fauna y flora silvestres, como los que integran el MERCOSUR. Por ello, había países donde regían “prohibiciones totales” y otros que habilitaban la caza, captura o tala de numerosos recursos. La Argentina estuvo y está alineada con esta última posición. Recientemente, países como Brasil
 y Paraguay pasaron de ser “prohibitivos” a abrir el comercio o las posibilidades comerciales de sus recursos, los que -en tiempos de prohibición- terminaban
siendo vendidos ilegalmente a través de los países limítrofes como el nuestro.
Una prohibición tiene dos caras. Por un lado es una respuesta gubernamental -de emergencia- para evitar que una especie desaparezca o empeore su situación poblacional. Pero, por otro, es el símbolo de un fracaso: el de no haber tenido la capacidad de llevar adelante una buena administración de ese recurso.  Todos estaremos de acuerdo que si una especie está amenazada es necesario tomar medidas proteccionistas. Es sencillo, no hay opción y se deben agotar las instancias gubernamentales para que ellas se instrumenten (por ejemplo, fortaleciendo las disposiciones legales o dictando nuevas normas, creando de nuevas áreas protegidas, llevando a la práctica programas de investigación, planes de educación y
concientización, etc.). Pero cuando una especie animal o vegetal está fuera de 
peligro las opiniones se dividen en los que quieren aprovecharlas y en los que quieren protegerlas como a las amenazadas. Es aquí cuando deberíamos distinguir
tres tipos de criterios:
1) técnico: ¿es posible aprovecharla sustentablemente?
2) legal: ¿es posible hacerlo dentro de la ley?
3) personal: ¿nos parece bien o mal?
Las respuestas a las dos primeras preguntas son determinantes,
independientemente de nuestra opinión personal. Sin embargo, lo que suele
observarse es una proyección de este último criterio por sobre los demás.
En otras palabras, una posición conservacionista encuentra más dificultades para 
ser llevada adelante. Pero esto no quiere decir que proteccionistas y
conservacionistas no podamos trabajar juntos. Sería lamentable. Los
proteccionistas tienen mucho que aportar sobre el bienestar de los animales vivos que se comercialicen o rescaten o bien sobre el método de caza más humanitario para aquellos que deben ser muertos para obtener su piel, carne, cuero o sub-productos.
Desde un punto de vista conservacionista, los coypos o nutrias (Myocastor coypus), las cotorras (Myiopsitta monachus), los loros habladores (Amazona aestiva), 
iguanas (Tupinambis teguixin y T.rufescens), guanacos (Lama guanicoe) y zorros colorados (Dusicyon culpaeus) constituyen claras oportunidades de uso sustentable, aplicables o exportables a especies similares. Seguramente, demandará de continuos ajustes y de la aplicación de controles serios contra el comercio ilegal, pero, estoy convencido que en ese tipo de especies siempre es aconsejable
mejorar el aprovechamiento, en lugar de prohibirlo. Sencillamente, porque es la 
única solución viable al corto o mediano plazo, cuando no la más conveniente para la naturaleza. Imaginemos por un momento que nosotros somos los propietarios de campos con áreas naturales valiosas aún en pie. Como dueños, muy probablemente aspiraremos a que esas tierras “produzcan”, generen dinero. Si no hay alternativas dentro del aprovechamiento de la fauna o de la flora silvestres, las opciones estarán en el marco de la producción “tradicional”. Es decir: agricultura o ganadería. Quien ha recorrido el país no tendrá dudas de que el impacto de cualquiera de estas actividades es mucho mayor al de un área natural sujeta a caza, captura o tala (siempre y cuando estas sean sustentables). Por eso, defiendo el comercio que permite “poner en valor” a la naturaleza, porque permite que sea vista como un 
gran capital que nos puede brindar intereses. Pero eso tiene un costo y no todos lo aceptamos. Creo que, en esto, hay algo de inmadurez. Es fácil y lindo pregonar que todas las aves deben estar libres y que todos los árboles deben morir de pie, pero
esas premisas (que no desmerezco) no tienen cabida en los parámetros que enmarcan a la sociedad actual. Seguramente es conflictivo pensar que una especie pueda beneficiarse permitiendo su caza, captura o tala, pero eso puede ser real, porque la muerte de algunos ejemplares permite valorar y generar interés para aprovecharla y conservarla (a ella y a su hábitat). En definitiva, vivimos en un mundo realista, duro y pragmático, con problemas que necesitan respuestas. Está en nosotros tener la apertura para dialogar, negociar y obtener beneficios equitativos tanto para el ser humano como para la naturaleza. En ocasiones, la intransigencia es improductiva y la conservación requiere de resultados concretos. Ahí está el gran desafío.

Anexo 1: Sugerencias de acción ciudadana contra el tráfico de fauna y flora silvestres
* NO COMPRAR especies  prohibidas de animales vivos
(como tortugas, monos, tucanes, papagayos, cardenales amarillos, reyes 
del bosque, federales). Tampoco, abrigos de
piel de felinos manchados o carteras, zapatos y otros artículos
de cuero de boas, yacarés o ñandúes.  Existen opciones legales entre las mascotas (canarios, perros, gatos, cotorritas australianas, peces de acuario, etc.), cueros (vacuno, iguana) y pieles (coypo, vizcacha, comadreja, liebre, zorro colorado).
Ver Normas legales.
* INFORMAR a las entidades conservacionistas y Direcciones de Fauna (si lo prefiere anónimamente) los datos de los comercios que ofrecen especies prohibidas (nombre del negocio, dirección, especies a la venta y número de ejemplares). Esto facilitará realizar las investigaciones y denuncias
correspondientes. Estas denuncias producen inspecciones para verificar los ilícitos y proceder al decomiso de los animales o productos, procesando y penalizando a los infractores.
* Trate de EDUCAR O INFORMAR A LOS COMERCIANTES Y CAZADORES. Muchos de ellos  transgreden las leyes por desconocerlas. Si bien hay otros que
lo hacen por problemas de conducta, a veces, explicar es mejor que atacar.
* INSTALAR COMEDEROS, REFUGIOS o "CASITAS"
para aves. Es otra forma de estar cerca de la naturaleza.
* OFRECERSE COMO INSPECTOR O GUARDAFAUNA ad honorem, para lo cual normalmente es necesario dirigir una nota formal a la Dirección de Fauna Silvestre que competa a su jurisdicción. Dado que algunos de estos organismos organizan cursos de capacitación, no es necesario poseer amplios conocimientos sobre el tema.
* ORGANIZAR UN ARCHIVO que reuna información (notas, recortes periodísticos, videos, etc.). Esto permitirá producir notas, opinar con mayor sustento técnico y hasta preparar charlas informativas (por ejemplo, para escuelas).
* ESCRIBIR CARTAS DE OPINIÓN a los medios de comunicación y/o a las autoridades (concejales, diputados, senadores, Directores de fauna y flora, gobernadores, etc.) para apoyar o criticar proyectos o situaciones.
* HACER CARTELES, para colocarlos en zonas rurales, que señalicen que está prohibido cazar, capturar, talar o pescar en áreas de veda (se sugiere consultar a las autoridades municipales y/o provinciales).
Principales normas legales nacionales y federales
* Ley 22.344/80. Ratificatoria de CITES. Reglamentada por el Decreto 522/97.
* Ley 22.421/81. Conservación de la Fauna Silvestre. Reglamentada por el Decreto 666/97.
* Resolución SAGyP Nº 144/83. Reglamenta criaderos, estampillado, tamaño de jaulas, especies perjudiciales.
* Resolución SAGyP Nº 144/86. Lista de especies amenazadas de extinción.
* Resolución SAGyP Nº 24/86. Prohibe la exportación, tráfico interprovincial y comercio en jurisdicción federal de ejemplares vivos, productos y subproductos de Ñandú, Boa Ampalagua y Boa Curiyú.
* Resolución SAGyP Nº 62/86. Prohibe la exportación, tráfico interprovincial y comercio en jurisdicción federal de todas las especies de reptiles, aves y mamíferos vivos de la fauna autóctona, con excepción de las consideradas perjudiciales o dañinas y de las criadas zootécnicamente.
* Resolución SAGyP Nº 63/86. Prohibe la exportación, tráfico interprovincial y comercio en jurisdicción federal de 10 especies de felinos argentinos, vivos
 y productos o subproductos: Gatos Monteses, Pajero, Ocelote, Gato-Tigre, Margay, Puma y Yaguareté.
* Resolución SAGyP Nº 793/86. Prohibe la exportación, tráfico interprovincial y comercio en jurisdicción federal de productos y subproductos de Zorros
Gris y de Monte, todos los Zorrinos, Pecaríes y Yacarés.
* Resolución SAGyP Nº 588/90. Reglamenta el tamaño mínimo de cueros de Iguanas: 24 cm de ancho.
* Resolución SAGyP Nº 53/91. Prohibe la importación de productos y subproductos de Nutrias del Hemisferio Norte, Pecaríes, Ñandúes, Yacarés o Caimanes, Boas Ampalagua,
Boas Curiyú y Pitones Asiáticas.
Para Agendar: Organismos Oficiales Nacionales a los que se puede recurrir
Administración de Parques Nacionales. Av. Santa Fe 690 (1059) Buenos Aires Tel.: 311-1943/0257/8294.
- Departamento de Policía Federal Argentina (División Prenvención del Delito Ecológico). Moreno 1417, Piso 2,
Capital Federal. Tel: 4381-3273/4383-7285/0956.
- Dirección de Fauna y Flora Silvestres de la Nación. San
Martín 459 (1004) Piso 3, Cap.Fed. Tel.: 4348-8555.
- Dirección General de Aduanas.  Azopardo 350 (1107) Cap. Fed. Tel.: 4342-3508/9850/4371-6220.
- Gendarmería Nacional (División Preservación Ambiental). Ed.Centinela, Av. Antártida Argentina 2258 Piso 5 (1104) Buenos Aires, Tel.: 4310-2589. Fax: 4310-2574.
- Policía Aeronáutica Nacional. Escuadrón Ezeiza: Tel.: 4480-0449/0443/0019 Aeropuerto Internacional de Ezeiza, C.C. 11, (1802) Prov. Bs. As. Escuadrón Aeroparque J.Newbery, Tel.: 4773-1218/1681/0371/0472 ó 771-2071/79
int. 1115, Aeroparque Metropolitano Jorge Newbery, Buenos Aires
- Prefectura Naval Argentina. Av. Madero 235, Buenos Aires, Tel.: 434-6050/4331-8101/7000.